María Amparo Hernández

María Amparo nació en 1962 en Icod de los Vinos, un municipio conocido por sus viñedos y sus tradiciones arraigadas. Su infancia estuvo marcada por las dificultades, con una vida familiar dura, pero desde pequeña mostró una fortaleza excepcional. Esa fuerza la heredó de su madre, una mujer valiente que, a pesar de las adversidades, siempre encontraba motivos para sonreír y disfrutar de la vida.

En su adolescencia, María Amparo conoció a quien sería el amor de su vida. Se enamoró perdidamente, y a los 27 años, ya siendo madre de una niña, decidió casarse. Juntos, emprendieron una nueva etapa en Adeje, un lugar que les brindó oportunidades, pero también desafíos. Durante casi 30 años, construyó allí su hogar y su vida, pero en su corazón siempre latía el recuerdo de su querido Icod de los Vinos.

El destino, caprichoso como siempre, la llevó de vuelta a su pueblo natal. Al regresar, María Amparo sintió que era el momento de reconectar con sus raíces y honrar el legado cultural que su madre le había transmitido. Con pasión y determinación, retomó la Murga de las Incansables, una agrupación llena de historia y alegría que su madre había liderado en sus tiempos.

Amparo, con su energía inagotable, logró no solo revivir estas tradiciones, sino también inspirar a las nuevas generaciones a valorar y preservar la cultura de Icod de los Vinos. Su vida, marcada por la valentía y el amor por vivir, se convirtió en un ejemplo para todos, recordando que, aunque el destino nos lleve lejos, siempre podemos volver a nuestras raíces y seguir luchando por lo que amamos.