Neilsi Díaz Lemus

Neilsi dedicó su vida al cuidado de su familia desde muy joven. Criada en Venezuela, donde sus padres inmigrantes tinerfeños establecieron un negocio, ella asumió la responsabilidad de cuidar a sus dos hermanas mientras sus padres trabajaban. A los 14 años, su madre enfermó gravemente, lo que obligó a la familia a regresar a Icod, en Tenerife. Antes de fallecer, su madre le pidió a Neilsi que cuidara de su padre y hermanas, una promesa que ella mantuvo fielmente, sacrificando sus propios sueños de estudio y crecimiento personal. Con el tiempo, Neilsi se casó y formó su propia familia, pero nunca dejó de cuidar a los suyos. Tras la muerte de su padre, continuó siendo el pilar de la familia, aunque esto significara perderse a sí misma en el proceso. Sin embargo, cuando su hija cumplió 15 años, decidió retomar sus aspiraciones, aprendiendo a coser y encontrando una oportunidad laboral en una farmacia local. Allí trabajó durante 11 años, se formó como técnica de farmacia y se prejubiló con esta titulación, logrando finalmente algo para ella misma después de tantos años de sacrificio.