Goya

Primitiva, conocida cariñosamente como "Goya", nació en el pequeño y pintoresco pueblo de Valverde, en la isla de El Hierro. Desde temprana edad, mostró una gran determinación y espíritu emprendedor, cualidades que la acompañarían a lo largo de su vida.

La vida llevó a Goya y a su esposo a Venezuela. Fue una experiencia corta, de apenas cuatro años, pero muy bonita ya que allí nació su hijo varón. Aunque fue una época de aprendizaje y adaptación, Goya nunca dejó de extrañar su tierra. Finalmente, regresaron a Tenerife, donde comenzó a trabajar como comerciante en el Mercado de África, donde instaló un pequeño pero próspero puesto de frutas y verduras. Su sonrisa cálida y su trato amable hicieron que rápidamente ganara la confianza y el cariño de sus clientes y fuera una vendedora reconocida. Tras un largo periodo de tiempo en la recova, Primitiva monta una pequeña tienda en su propia casa.

El tiempo pasó y Goya decidió retirarse a su isla natal. Volvió a El Hierro, estableciéndose en Frontera, donde disfruta de una jubilación tranquila y merecida. Hoy en día, rodeada por el amor de sus hijos que cuidan de ella con esmero, Goya vive feliz, disfrutando de los pequeños placeres de la vida en su querida isla. Su historia es un testimonio de esfuerzo, amor por la familia y la satisfacción de haber vivido una vida plena.