Doña Elpidia

Vivió sus primeros ocho años en Los Chapines, donde creció rodeada de la belleza natural de La Gomera, entre montañas y verdes paisajes. A los ocho años, su familia decidió mudarse a Vallehermoso, un lugar que se convertiría en su hogar durante los siguientes catorce años.

Sobre esta entrevista

Doña Elpidia

Doña Elpidia nació en el barrio de Los Chapines en La Gomera el 11 de enero de 1936, aunque no fue registrada oficialmente hasta el día siguiente, el 12 de enero. Desde pequeña, mostró un carácter fuerte y determinado. Vivió sus primeros ocho años en Los Chapines, donde creció rodeada de la belleza natural de La Gomera, entre montañas y verdes paisajes. A los ocho años, su familia decidió mudarse a Vallehermoso, un lugar que se convertiría en su hogar durante los siguientes catorce años. Allí, Doña Elpidia continuó con su vida familiar, ayudando en las tareas del hogar. Era conocida por su perfeccionismo; no permitía que nadie la ayudara, ya que le gustaba hacer todo por sí misma. Esta actitud no solo mostraba su independencia, sino también su deseo de mantener altos estándares en todo lo que hacía.

A los 22 años, su vida dio un giro significativo cuando conoció al que se convertiría en su esposo. Tras casarse, la joven pareja decidió mudarse a Venezuela. Una vez allí, Doña Elpidia y su esposo comenzaron una nueva vida y formaron una hermosa familia. Tuvieron tres hijos, dos niños y una niña. Doña Elpidia siempre habla de ellos con inmenso orgullo, y su rostro se ilumina al mencionarlos, reflejando el amor y la alegría que le brindan.

A pesar de su felicidad familiar, Doña Elpidia sentía que algo le faltaba. Siempre había tenido una vena artística que nunca había podido explorar plenamente. Con valentía, decidió inscribirse en clases de pintura, a pesar de tener tres hijos pequeños que demandaban gran parte de su tiempo y energía. Este fue un momento crucial en su vida, ya que finalmente pudo desarrollar su pasión por el arte. Aprendió cerámica y pintura en un taller de arte y oficio, lo que le permitió sentirse realizada y completa.

Hoy, a la edad de 88 años, Doña Elpidia es una mujer llena de vida y energía. Reside en el centro de mayores de El Fraile, donde comparte su amor por la pintura con sus compañeras. Da clases de pintura de manera gratuita, demostrando su generosidad y su deseo de seguir contribuyendo a la comunidad. Su historia es un testimonio de resiliencia, amor por la familia y la importancia de seguir nuestros sueños, sin importar la etapa de la vida en la que nos encontremos.

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