Rolando Rodríguez

Rolando Rodríguez García nació el 12 de diciembre de 1932 en La Gomera, en el barrio de Macayo. Creció en una familia de agricultores, donde aprendió desde joven el valor del trabajo duro y la resiliencia. Su padre, un hombre con un gran deseo de aprender, viajó a Cuba siendo muy joven. Allí, adquirió conocimientos que llevaría consigo al regresar a La Gomera. De vuelta en la isla, conoció a la madre de Rolando, y juntos formaron una familia.

La vida dio un giro inesperado cuando la familia se vio obligada a dejar La Gomera e instalarse en Tegueste. El padre de Rolando, debido a su alineación con el bando socialista, fue encarcelado en la prisión de Fyffes. Tras su liberación, la familia fue desterrada del municipio viéndose obligado a salir hacia La Laguna. A pesar de estas dificultades, su padre nunca dejó de apoyar a Rolando en su educación, permitiéndole iniciar la carrera de derecho.

Desde joven, Rolando estuvo profundamente influenciado por los ideales políticos de su padre. En la universidad, Rolando comenzó a explorar un socialismo más filosófico. A pesar de la necesidad de mantener sus actividades en secreto, se dedicó a fortalecer el Partido Socialista en Canarias. Su pasión por la justicia y la igualdad también se reflejaba en sus clases de filosofía del derecho, donde enseñaba estos principios a sus estudiantes.

Durante sus años de instituto, Rolando conoció a la que sería su compañera de vida. Fue en esa época cuando conoció a Olga Gil, una joven con una visión y determinación similares a las suyas. Juntos, forjaron un camino hacia el estado democrático, social e igualitario. Olga se convirtió en la primera mujer socialista de Canarias y una pionera en el feminismo, luchando codo a codo con Rolando por los derechos y la igualdad de género.

Hoy, a sus 91 años, Rolando sigue siendo un ferviente defensor de sus ideales. A pesar de su avanzada edad, continúa ejerciendo como abogado, reivindicando sus principios políticos y luchando contra los radicalismos extremos. La vida de Rolando Rodríguez García es un testimonio de dedicación, resiliencia y un compromiso inquebrantable con la justicia y la igualdad.